En Tenerife siguen vertiéndose aguas fecales al mar, contaminando playas y poniendo en riesgo la salud de las personas y la biodiversidad.
Mientras las autoridades prometen depuradoras de “última generación”, la realidad es que la situación no mejora. ¡No podemos normalizar esta catástrofe ambiental!
Comentarios
Inicia sesión para comentar esta foto